jueves, 24 de junio de 2010

Un bofetón y adelante, que la vida sigue



Estas tres semanas fueron horribles.
Se me hicieron largas como meses.
Dormí tres horas diarias (de media).
Volví a vomitar.
Pensé en tragarme mi alijo de pastillas.
Metí coca después de cuatro años sin probarla.
Lloré, lloré, grité, lloré.

Pero ya lo asumí. Él ya no está conmigo. No voy a volver a besarlo. No volveremos a dormir juntos. De todas formas nuestra relación es ejemplar y sé que con el tiempo seremos grandes amigos. Hoy quedamos para tomar algo y me siento francamente bien.
He recuperado otras cosas, como más tiempo para estar con mis amigos. Han demostrado que lo son. Están ahí, para lo que sea.
No dejo de hacer cosas. Lo echo mucho de menos pero estudio, trabajo, salgo, veo pelis, leo, voy a pasear. Mantener la mente ocupada es fundamental.

A vosotras... muchas gracias. Es muy grato leer todos esos comentarios animándome (menos los de "sigo tu blog, pásate por el mío"). En serio, os lo agradezco un mundo y pido disculpas por no haber pasado por los vuestros, pero durante estas semanas no me pasé ni por el mío.

Y comer... Comer es difícil. Pero casi todos los que me rodean conocen mi problema y me cuidan. De todas formas adelgacé un poco. Lo noto, pero no sé cuánto. El martes me pesan. Después del endocrino tengo cita con el psicólogo, que pasó ampliamente de mí: lo llamé para que me adelantara la cita (lo que quería era que me mandara al psiquiatra para que me diera algo para dormir) y no cogió. Al día siguiente mi madre habló con él y le dijo que me llamaría por la tarde. No me llamó. Lo llamé yo al otro, ni me cogió ni me llamó después. Perfecto. Solo espero haber adelgazado bastante para que le joda. Aunque, visto lo visto, seguro que le da igual.

martes, 8 de junio de 2010

Te quiero





- ¿Te atraigo?
- Ana, te quiero muchísimo.
- No te he preguntado eso.

- Me quieres, no lo dudo, pero no estás enamorado de mí. Yo podría pasarme toda la noche abrazada a ti, me la pasaría en vela observándote. Tú nunca has soñado con un futuro juntos, aunque fuese utópico y lo supieras irrealizable. Te niegas a amar.
- No Ana, sí que lo he sentido. Y me dio miedo.

- No quiero tomar una decisión precipitada. No quiero arrepentirme.

- Quiero dejarlo.
- ¿Y qué hago yo ahora? ¿Te das cuenta de que si hubiese mantenido la boca cerrada seguiríamos juntos? ¡Yo te abrí los ojos! ¡Pude callarme y seguir contigo! ¿Soy ahora una caprichosa?
- No quería hacerte sufrir...
- ¡Siempre me dijiste que tenía que aprender a estar sola! ¡Tú sabrás estar solo pero eres un infeliz! Quédate con tu soledad, ya estás como quieres.

- Eres la única persona que intentó conocerme y me hiciste muy feliz. Pero tengo que aclararme...

No podíamos dejar de llorar. Le dije muchas cosas feas que no siento ni pienso. Sólo quiero verlo y abrazarlo. Él es mi vida. Lo quiero como a nadie. No sé qué voy a hacer ahora. Después de 4 años. No sé. No consigo hacerme a la idea de que ya no está conmigo. No puedo.