viernes, 14 de enero de 2011

Círculo



Parece que todo vuelve a su curso.
Esta semana no vomité nada. Para ello me pasé unos días comiendo bastante menos de lo que solía desde hacía meses, todo muy poco calórico. Con tanto atracón y vomitona ya me estaba alejando de esa relación sana con los alimentos que había logrado después de tanto tiempo, y además había engordado kilo y medio en muy poco tiempo. No me he pesado, pero me siento mucho más ligera después de esta semana depuradora.

Lunes: 173 kcal

Martes: 290
Miércoles: 252
Jueves: 400

Viernes: 410

Además de eso una media de dos litros de agua al día y alguna que otra infusión reguladora (que no laxante).


Fui a clase todos los días (y también estudié y entregué un trabajo que me aceptaron aunque estaba totalmente fuera de plazo).
Caminé dos horas diarias.
Me mantuve alejada de todas las drogas (legales e ilegales).

Me siento francamente bien. Aunque sigo un poco triste. A veces me siento sola. Siento que necesito a mi ex más que nunca. Sigue siendo la única persona en quien confío plenamente.

Lo que estoy es dando vueltas en círculo.

miércoles, 5 de enero de 2011

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and now...


i was soon winging my way to Bulimia

fuck it

lunes, 27 de diciembre de 2010

Una locura. Una auténtica locura.

Una locura. Una auténtica locura.
¿Habéis visto Miedo y asco en las Vegas? La habitación del hotel... cuando Raoul (el personaje de Johnny Depp) se despierta sin recordar nada...

(...) BORRADO por motivos de privacidad

Cuando llegó el bajón, porque el bajón siempre llega, eran las 12 de la mañana. Conseguí dormir en un metro cuadrado del sofá, y me desperté en el suelo, con la cabeza ardiendo al lado de la estufa. A ver quién coño cena ahora, a ver quién se sienta ante una mesa llena de comensales dispuestos a engullir como animales. A ver quién coño es capaz de comer algo. Nadie se acordaba de que esa noche todos teníamos que cumplir en la cena de Nochebuena.

Poco a poco la gente acabó yéndose. No dormí nada más. No comí nada. Limpié el piso. Llegué a casa como una rosa y ayudé a preparar todo. La comida llegaba y yo comía bocaditos que, sorprendente y felizmente no me costaba tragar. Pero de repente PLAS! Golpe en la cabeza. Todos los sentidos se nublaron. Dejé de escuchar nada real. Lo único existente en mi cabeza era un vacío que lo acaparaba todo. Escuchaba la Nada. Escuchaba el taladrar silencioso que mellaba mi cerebro.
Cuando eso pasó vino el ataque de ansiedad. Me levanté corriendo y me metí en el baño. Me mojé nuca y frente y la cabeza pareció despejarse un poco. Me examiné la nariz pero no había restos de sangre. Las pupilas estaban como platos y mi cara era un mapa, un mapa en blanco con franjas negras azabache rodeando los gigantescos globos oculares.
Ataque de pánico. Mamá me encuentro mal. Es que no dormí nada ayer y casi no comí. Me está viniendo otra vez la ansiedad. Me pasé todo lo que quedaba de cena yendo y viniendo a la mesa, porque era incapaz de quedarme quieta. Llamé al psicólogo pero no me cogió. Lo único que pasabn por mi mente eran imágenes de la noche y de la mañana. Una locura, una auténtica locura. Totalmente surrealista.
Y al fin... Bendito TRANKIMAZIN. Bendito mi hermano y sus problemas psiquiátricos y su neceser lleno de enmascaradores de problemas. Ni siquiera estoy segura de que fuera Trankimazin, al menos no el habitual. Era una pastilla que se disuleve bajo la lengua sin necesidad de beber nada: un espléndido sedante que me dio la vida.

Me senté. Comí un trozo de piña. Bostecé. Sonreí.

FELIZ NAVIDAD

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Choose life








Me siento un poco mal por no haber dado noticias de mí en todo este tiempo.
Ni siquiera he visto mi blog desde la última vez.

La razón no es otra más que mi proceso de recuperación. En estos meses me he sentido más fuerte que nunca. Sí que de vez en cuando evito comer e incluso he vomitado alguna que otra vez pero, ahora mismo, ya no recuerdo cuando ha sido la última.
He engordado y no me siento mal. Por supuesto que LA CIFRA deseada siempre es menor. Y sin embargo sé que tengo que aprovechar la situaciósn psicológica actual: me miro a un espejo y me veo bien. ¿Cuándo he sentido yo algo así?

El chico del que hablé en las entradas anteriores sigue ahí... Aunque por mi cama han pasado unos cuantos. Lo cierto es que echo de menos a mi ex, y no sé si es que intento suplir esa falta con relaciones de dos días (o una simple noche de sexo). Pero aquel, el de la noche perfecta de agosto me gusta de verdad, y es maravilloso volver a sentir una ilusión de este tipo.

También alcohol y drogas difuminan mis salidas nocturnas. No creo que sea un problema, ni que pueda llegar a serlo. No a estas alturas.

Ahora quiero ponerme un poco al día de vuestras vidas. Pero sé que leer algún tipo de entradas me influye de forma negativa, sabéis a qué me refiero. Siempre pasa: todas queremos ser las más delgadas, todas queremos pesar menos. Leer que alguien se ha comido en todo el día una manzana va a hacer que me sienta mal por haberme comido una rodaja de merluza con patatas cocidas.

Gracias por preocuparos por mí. Sabed que estoy bien, creo que mejor que nunca.

martes, 7 de septiembre de 2010

Fireworks


Volvimos a vernos.
Estuvimos a punto de marcharnos a Portugal. ¿Cuánto tiempo? No lo sé. Sólo irnos.
Cogió el coche y acabamos al sur, antes de la frontera, en una torre. Vimos amanecer mientras nos reíamos, como es propio de los borrachos.
Mantuvimos sexo mientras, abajo, el valle se cubría de niebla.
Pero volvimos a casa. Yo cantaba y bailaba y él no dejaba de besarme.

lunes, 23 de agosto de 2010

De vuelta...







Ya estoy de vuelta.
Apenada porque fueron las dos mejores semanas del año.
Porque no puedo quitarme a alguien de la cabeza (y no es ni mi ex ni el chico del que hablé en la entrada anterior).
Quiero volver con él.
Porque en dos semanas apenas pensé en pesos ni tamaños y aprecié lo que soy, y sin embargo hoy ya no pude comer...


Y estas son mis piernas hace un mes. Ahora están más gordas. Eso creo.


1004:
Gracias. Es alentador y reconfortante leer comentarios como el tuyo.
Deseo lo mejor para tu hermana. Recuerda que debereis estar a su lado y tener muchisima paciencia.

sábado, 7 de agosto de 2010

Caótico
























Me siento gorda.
Gorda.
No sé por qué me siento gorda. Hoy tuve que vomitar aquel plato de acelgas cocidas.
Acelgas.

30 calorías.


Mierda. ¿Lo hago bien? Cuando tenía las cosas claras era más fácil. Pesaba 54 kilos y quería adelgazar 10. Adelgazaba. Todo bien. Cada vez me iba sintiendo peor. Llegar a mi meta fue abrazar la depresión, el insomnio, la asexualidad, la irritabilidad, la ansiedad y la desnutrición. Decidir curarme fue una luz. Decírselo a toda mi gente fue salir del pozo. Pero, ¿ahora toca engordar? No he decidido engordar. Pero tampoco he decidido no hacerlo... No tener las cosas claras me mata. Porque no sé qué hacer. Me siento mal si como poco. Me siento mal si como más (y vomito). Y lo peor de todo es que vuelven a confiar en mí y no me vigilan. ¿No entienden que no se puede confiar en mí? En cuanto puedo, miento. Finjo. Engaño. Creen cuando me ven comer una galleta que estoy mejorando. No, no mejoro tan rápido. Si como una galleta significa que acabará en el retrete. Enseguida. Pero si ellos no lo ven yo no voy a decir nada. No es factible, me resulta imposible. Tendré que hacer ruido cuando vomite, porque yo no voy a decir nada y así no puedo seguir. Tienen que pillarme.

Aparte de ese tema que me come la cabeza, también tengo otros líos sanos en ella. Me hace gracia sentir estas cosas depués de tanto tiempo... Me siento una adolescente.
Ahora estamos en el pueblo de mi abuela (no tengo acceso a internet, hoy es una excepción).

Me gusta un chico.
Me gusta un chico que tiene novia.
Ella es una cría.
Fea.
Y a ese chico siempre le gusté. Nunca le hice caso. Y ahora tiene novia.
Una novia fea.
Yo era la que le gustaba.

Soy una caprichosa.