








Ahí estamos, a menos de 24 horas del 2010. Llega a su fin un año que, a mi parecer, fue larguísimo y a paso de tortuga. Recuerdo los deseos que pedí para 2009, los propósitos. Algunos se cumplieron: pedí adelgazar, y adelgacé; pero a qué precio. Sí, la verdad es que era más feliz cuando pesaba 10 kilos más. Mi "rehabilitación" va de culo... y yo lo veo todo con bastante pesimismo, pero, seamos sensatos y realistas: es Navidad, ¿de verdad creía que podía recuperarme (o empezar a hacerlo) en estas fechas y estando con mis padres?
Primer día: 24 de diciembre, Nochebuena.
Decidí desayunar y comer poco porque estaba dispuesta a no vomitar, bajo ningún concepto, la cena (la supercena) familiar. Por lo tanto tan solo desayuné un zumo de naranja y comí un yogur desnatado (estaba sola, con mis padres es imposible hacer eso). Pero... cené (con la familia). Cené como los demás. Marisco. Pulpo. Carne. POSTRES. Y... vomité. Al momento sentí alivio, como siempre. Pero al día siguiente me sentía una fracasada y me odiaba a mí misma. Recuerdo que cuando desperté (unas horas antes de lo que me habría gustado, como acostumbro) me sentí más estúpida que nunca. El psicólogo me había comentado todos los peligros que conlleva el provocarse vómitos, me había convencido para no hacerlo más, estaba dispuesta a no hacerlo ahora que iba a estar con mis padres... Pero es imposible. Estoy tan delgada que me hacen comer demasiado. Bajo mi punto de vista, claro. Así que, inconscientemente, decidí dejar de intentarlo. Empezaré mi recuperación con el año nuevo, cuando no esté en casa. De todas formas, como comí mucho más de lo que habitúo, pensé que había engordado. Pero hoy me pesé y no subí ni un gramo. Sí, aunque no lo veo siempre, sigo demasiado delgada, sigo siendo todo huesos de cintura para arriba, y mi cara sigue siendo todo ojeras. Sí, la noche de fin de año voy a ser la más delgada de mis amigas, por fin. Pero también la más desmejorada, un palo, en fin, la más fea.
Por lo tanto, mi propósito para el 2010 es muy diferente al de hace un año: quiero curarme, recuperarme, dejar de vomitar y de comer raciones minúsculas. Y si eso significa engordar, pues tendré que engordar.
A vosotras todas (gracias por vuestras palabras durante todo este año) también os deseo lo mejor para el 2010. Sin entrar en dichos tradicionales, ni en típicas citas navideñas, simplemente: que en el futuro recordéis este nuevo año como uno de los mejores de vuestras vidas.
Un beso enorme.