He encontrado un estracto de una especie de "diario" que empecé a escribir hace poco menos de un año. Sabía que lo tenía (lo escribí en el orenador) pero no recordaba exactamente lo que escribía. Sí sabía que eran palabras bastante duras, pero recuerdo aquella época con un poco de confusión: tomaba ansiolíticos que me recetaron despues de varios ataques de ansiedad, me daban ataques histéricos y no podía dejar de llorar, gritar y tirar cosas, me emborrachaba casi todos los días... Un auténtico desastre. Recuerdo que en aquella época me aterrorizaba con locura morirme. Y no sé por qué creía que en cualquier momento me iba a morir. Estaba segura de ello. Ahora, aunque me culpo por esto infinitamente, siento que no me importaría morir, pero que la vida ya no es tan insoportable como lo era hace un año.


Este es el texto que empecé a escribir con una profunda tristeza y que acabé al borde de un ataque de nervios:
Santiago; 25/06/08; 16:43
Por los suelos. Yo creía que todo iba mucho mejor pero no. Esta fue una de las peores noches que pasé. Estuve hasta las 3 sin hacer nada, ni estudié, ni hice nada de provecho, pero pensaba levantarme hoy temprano. X me empezó a dar toques a esa hora y pensé que me quería decir que me conectara, pero ya lo estaba. Lo llamé y me dijo que venía a dormir a mi piso. No sé como degeneró la cosa pero me puse muy nerviosa y discutimos. No quiero que venga a las 3:30 de la mañana y que se acueste a mi lado a dormir, eso no es “estar conmigo”. No quiero que se sienta obligado a llamarme (palabras literales) como el lunes. (...) Dios mío, no puedo dejar de llorar, y escribiendo esto todavía es peor porque quiero contarlo todo y no soy capaz. Lo que pasa es que él hace lo que quiere y cuando se aburre me llama, o cuando siente que ya va siendo hora de llamarme no vaya a ser que me enfade, cuando se siente obligado. Yo lo acompaño a todos lados, me llama y me dice que vaya para su casa y allí estoy en menos de media hora, pero él nunca puede hacer nada por mí, nada que se salga de sus planes. Y es que a partir de este fin de semana ya no nos vamos a ver más en todo el verano, según él, porque no creo que esté todos los días trabajando, también fines de semana, pero si dijo eso, será que aunque esté no quiere verme. Entonces no entiendo por qué no puede hacer ese “esfuerzo” y estar un poquito más conmigo, dejar de salir tanto, que no es que me parezca mal, pero sale todos los días, y cuando no salía lo que le gustaba era estar en su casa solo. Y dice que se siente obligado. Y ya me dio un ataque de ansiedad y no dormí nada hasta las 6 de la mañana y no estudié nada y ahora no soy capaz de concentrarme y me estoy poniendo nerviosa otra vez y estoy viendo que me va a dar otro, y estoy harta de drogarme, y no entiendo por qué me tiene que pasar esto. Y no sé si puedo encontrar una solución, mi única solución es X, pero él ya no está conmigo, se hartó, y lo veo más o menos normal. Tengo ganas de tirar y romper cosas, no puedo dejar de llorar y no veo ni lo que escribo. A veces me dan ganas de que me pase algo realmente serio para tener razones para estar así, y para dejar de ser la última mona en todo. No sé por qué carajo tuve que ponerme a escribir porque ya estoy mucho peor de lo que estaba.
Hoy, siete meses después, he leído esto y me he puesto a llorar. A veces pienso en lo terrible de mi vida, mi vida dentro de mí, mi vida en mi cabeza; pero si miro atrás y recuerdo esa época me doy cuenta de que todo ha mejorado bastante. Así que podrá seguir mejorando, ¿no?
Mi anorexia no es anorexia. Estoy triste. Desde que recuerdo. Me busco problemas. Me hago daño. Jugué con fuego y me quemé: con 13 años empecé a vomitar, con 14 a emborracharme, abusaron de mí (sí, con 14 años me robaron mi virginidad, me la robaron porque yo no quería entregarla), con 15 metía cocaína y me escapaba de mi casa, con 16 robaba para costearmela... toqué fondo. 40kg, ebria de tequila cada vez que salía, terror incontrolable a que a algún individuo de sexo masculino me tocase, ambiente horrible en casa, y escondiendo en todas las tapas de mis CDs bolsitas de plástico, llenas, medio llenas, vacías, no importaba...
Y entonces lo conocí. A aquel al que llamé X más arriba. Confié en él, conocí lo que era querer a un hombre, dejé de drogarme, empecé a estudiar en serio y a conversar con mis padres... Él me salvó de la ruina, pero dependo tanto de él que si me deja volveré a arruinarme. Ahora solo soy Ana. Ana, yo y mi enfermedad. Pero no voy a tocar fondo. Lo tengo muy claro.
No sé qué conclusión sacar. No estudio psicología. No sé qué me pasa, no sé qué soy, ni siquiera sé quién soy. Ni me odio ni me quiero. Sólo sé que estoy aquí. Hoy. No sé si estuve ayer ni si estaré mañana.